Noches tras otras

Repeticiones de un anhelo
publicado en el diario oficial
de la federación donde tras cada luna
encuentro
una carencia perseguida por la ilusión
de acompañar mi soledad por el desconocido
ante quien invariablemente arqueo el labio
en reverencia.
Desciende renovado el ojo pálido
en uno de sus muchos movimientos -
esta vez por sombra conquistado el hemisferio izquierdo -
convencido al saberse dueño
de mi cuerpo
y el austral deseo del cual soy una
posesión más.