Recordar aprender

Con los años uno puede olvidar
la importancia del aprendizaje,
de la apertura de los sentidos
como forma de vida. Se
imponen constituyentes que enceran
la piel, tapan los poros, nublan
la vista, entorpecen al oído,
nos sacan de equilibrio.
Entonces nos creemos superiores.
Quizá sea el pasado acumulándose dentro nuestro.
Cuando uno combate a tiempo éste proceso degenerativo,
de la lucha nacen
criaturas fantásticas, diseños de un mundo mejor;
de prolongar el encuentro por demasiado
el entumecimiento absorbe al individuo
tornándolo en masa seca, asfalto, una piedra más
a quebrar por las máquinas reconstruyendo la ciudad.