Camino el día tras el desplome de la noche,
Pero no hay luz, sólo llanto celeste sobre
Mi túnica ceremonial. Hoy recibí un
Reconocimiento. Con las manos extendidas
Al viento, el sobre ya entre palmas,
La lanza de Minerva apuntando
A mi entresijo,
Percibo cómo del domo toneladas
De historia científica se precipitan,
Los frescos desterritorializan y
La pintura ya pura intensidad
Proyecta sus coordenadas de aterrizaje
Sobre la corteza de mi bóveda
Craneal. Sonrío ante la fuga proveniente
Del órgano. Dejo a mi cuerpo merodear
Alrededor del reducido espacio
Al cual he sido asignado (Fila 2 Norte, asiento 36).
Dono minutos a mi vista antes de huir.
Al abandonar el salón de gala
Dentro del cual dejé mi pompa
Y circunstancia,
La desarticulación de las nubes
Ya había comenzado.
Descansé por un rato, y ahora ya mojado,
Siento cómo el cielo cesa, y levanto mis pies
Uno tras otro, arrastrando mi humanidad
Hacia el levante de la ciudad.
Vino, verduras, chocolate, galletas
Y café. Una buena compañía,
Velada de película
De cadena televisiva:
"Mad prophet from the air waves"
(Killed by TV series commies).
Ya en casa,
Mis movimientos develan mi condición.
Los síntomas escapan el disimule:
Mi padecimiento es evidente.
Pero aún a ningún psiquiatra intereso,
Tampoco a los desatados,
todavía arraigo; pero como Angelos
Ha comunicado,
Ella no tarda en tocar la campana.

